Dichos

31 de julio de 2011


Pues sí, me ha decepcionado Karl Kraus. No es que no merezca la pena leerlo pero tampoco es para tanto. Sus microtextos carecen de la densidad canettiana, de la desesperación cioranesca, de la agudeza gracianista....No son aforismos, no son máximas de universalidad declarada, no logran tampoco ser ensayos minúsculos. Son locales hasta la exasperación y han envejecido prematuramente.
Creo que el talento de Karl Kraus como aforista ha sido sobrevalorado por el contexto histórico y cultural en el que vivió y escribió: la Viena de las postrimerías austro-húngaras, la Viena del período de entreguerras. Una época crucial en la historia de la cultura occidental pero en la que no todo es oro lo que reluce.

Karl Kraus, "Dichos y contradichos". Barcelona, Minúscula, 2003.

Delicias de verano

30 de julio de 2011


Qué sería del verano sin unos buenos gazpachos (un ajoblanco suave, por ejemplo, con mucha almendra y pan blanco). Igual que un verano sin lecturas: yo puedo prescindir del viaje (tampoco he viajado todos los veranos) pero no hay ningún verano ya en los que no tenga mis libros a mano.
Ahora estoy releyendo mucho: a mi apreciado Francisco Ortiz, al estupendo Antonio Soler, a la siempre maravillosa Virginia Woolf...
Escribir, no demasiado (circunstancias de la vida); he acabado una novela corta y me apetecería escribir, para cambiar de tono, algo de ensayo.
Ya os contraré. Entretanto os deseo salud y gazpachos. Y buenas lecturas en este apacible verano sin grandes olas de calor.

Crueldad

29 de julio de 2011


¿Es cruel Muriel Spark con sus personajes?
Sí que lo es, pero no mucho más que Cervantes con sus personajes manchegos....Lo cómico -y la comicidad es un efecto buscado por la escritora escocesa- lleva aparejada cierta dosis de crueldad. Porque reírse de alguien, aunque ese alguien sea un personaje de ficción, no es un acto benévolo; conlleva malicia, crítica e incluso sadismo a veces.
Pero burlarse de los personajes funciona en literatura y funciona en Muriel Spark y la desbocada Lise de esta novela. La burla como válvula de escape y como recurso literario, la burla como instrumento para poner el mundo patas arriba, no dejarlo como está de ninguna de las maneras.
El libro está bellamente editado, con una portada original (dibujo de Alberto Gamón) y un papel de color ahuesado muy agradable. Hay que aplaudir los logros de editoriales emergentes como ésta. Y comprarle libros sobre todo para que sigan con su labor en estos tiempos de crisis.

Muriel Spark, "El asiento del conductor". Barcelona, Contraseña, 2011,

Knut Hansum

26 de julio de 2011


El artículo que firma hoy Peio H. Riaño en el diario Público me ha dejado estupefacta. Trata sobre el apoyo vergnzante (una humillación nacional para los noruegos) que el escritor Knut Hansum prestó a Hitler antes y durante la Segunda Guerra Mundial. El escritor (1859-1952), premio Nobel por añadidura, llegó a entrevistarse con el Führer y hasta le ofreció su medalla del premio Nobel al ministro de propaganda nazi Goebbels, un criminal sin paliativos.
Siendo adolescente leí "Hambre", la novela de Hansum, y me impresionó mucho. Estaba, junto con otros premios Nobel, en los tomos de papel biblia de la biblioteca de mis padres. (Premios Nobel anti-nazis también los hubo, como el grandísimo Thomas Mann, al que leí mucho más tarde).
El artículo sobre Hansum viene a cuenta de las raíces del pensamiento ultraderechista de Noruega. No resulta banal indagar en las raíces ideológicas del mal. El pensamiento político de un autor es su pensamiento más íntimo por paradójico que parezca. No es algo añadido sino que constituye, modela (ya lo hemos visto) su forma de pensar y determina sus actos. Actos que se convierten en actuaciones en el caso de un personaje público, cuando hay una relevancia social por el motivo que sea. Y crean estela, justifican, sirven de modelo y ejemplo. Patético ejemplo de lo que no hay que hacer, por supesto.
Es fama que no existe en Noruega ni una sola calle dedicada al escritor.

El corazón del horror

25 de julio de 2011


Hace un tiempo escribía un artículo para la revista .38, benemérita publicación dirigida por Ricardo Bosque. Lo titulé "Las islas asesinas", pues en él hablaba de las islas en las que la ficción, la novela negra, ha situado sus escenarios: desde la Hedeby de Larsson a la Venecia de Brunetti, pasando por la fatídica isla donde Ágatha Christie imagina la trama de "Diez negritos". Pero como expresa de modo tan acertado la frase hecha, "la realidad supera a la ficción". La supera claro por el simple hecho de ser realidad, de ser crímenes de verdad y no librescos, pero, en el caso de Utoya, la supera en las dimensiones espantosas que cobra con el número de vítimas tan elevado, la horrible crueldad del asesino, el contraste entre el idílico lugar y la trampa sin escapatoria en la que se convirtió ese minúsculo corazón verde que es la isla. También, todo hay que decirlo, por la inepcia de la policía, que tarda muchísimo tiempo en acudir y un tiempo interminable en reducir al asesino en perfecto estado de salud.

Retratos de Fayum

23 de julio de 2011


Dentro del ciclo PhotoEspaña 2011 se ha celebrado esta exposición en el Museo Arqueológico Nacional.
Un exposición pequeña pero verdaderamente impactante. No más de una decena de retratos que nos miran, entre curiosos y melancólicos, desde sus diecisiete o dieciocho siglos de existencia.
Maravilla en verdad la fragilidad de los soportes de estos retratos, hechos para se colocados sobre la momia del finado, pero sobre todo nos fascina la vivacidad de los colores, la sorprendente cercanía de unos rostros singulares y verdaderos.
Una pena que no sepamos el nombre, por ejemplo, de este hombre de ojos claros que nos contempla desde lo que podemos interpretar como un profundísimo disgusto ante su propia muerte. Quién sería, qué pensaba, cuál fue la causa de su óbito, nos preguntamos.
Qué triste estar muerto, parece decirnos. Pero qué alegría que tengamos este precioso retrato de usted, caballero, tantos años después...

Retratos de Fayum+Adrian Paci: sin futuro visible.
PhotoEspaña 2011. Madrid, Museo Arqueológico Nacional.

Muriel

22 de julio de 2011


Acabo de conocer a Muriel Spark y estoy fascinada. ¿Qué no puede esperarse de una mujer que se fue de Sudáfrica, huyendo de un marido violento e insoportable, y dejó a su hijo en un internado? Cosas muy británicas que sólo pueden hacer escritoras muy británicas (escocesa, para más señas), como, por ejemplo exiliarse en la Toscana y no volver a ver ni una sola vez los restos del Imperio Británico (para el que trabajó en el servicio de contraespionaje durante la Segunda Guerra Mundial: es fama que se inventaba las noticias tan bien que no sólo eran creídas por los alemanes sino por los mismísimos radioyentes británicos, para quien no estaba destinadas).
Los acontecimientos biográficos no son lo menos importante de un autor. Lo verdaderamente importante de un escritor es su obra, se suele decir. Como si ambas cosas, vida y escritura, pudieran separars tan ricamente, con un cuchillo afilado y sin dejar caer una sola miga...Eso son memeces académicas. No es que la obra sea la prolongación de un escritor. es que ambas están inextricablemente unidas. Como al parecer no estaban Muriel y su hijo Robin (no me extraña, después del fenmenal piro que se dió).

Poca memoria


Qué flaca es la memoria histórica de este país....Y no lo digo por la Guerra Civil o la dictadura franquista -que podría- sino que lo traigo a cuenta de algo más banal pero igualmente revelador.
En el último episodio que cierra esta serie de "Los misterios de Laura", escrito como un homenaje explícito a los "Diez negritos" de Ágatha Christie, hay un detalle muy significativo. Sale el personaje de Laura Lebrel como niña a la altura de 1975 (por supuesto sin referencia histórica a ese año). Pero el detalle que me hace pensar sobre la poca formación histórica que tienen los guionistas o si creen que los derechos humanos -y los de las mujeres en especial- han caído de una nube o se han cogido de los árboles desde la noche de los tiempos es otro. El caso es que la Laurita niña le expresa a su padre en esa fecha su deseo de ser policía. Cuando hasta 1979 no hay mujeres en la Policía Nacional (antecedente del actual Cuerpo Nacional de Policía), es decir, que no era ni mucho menos un oficio consolidado (existían sí, ya mujeres policías municipales pero que, qué gracia, ni podian llevar armas ni estar casadas....). Y menos una profesión que pudiese ser alentada por un padre, por muy adelantado para su tiempo que fuese.
La entrada en determinadas profesiones -el derecho a realizar muchas profesiones o trabajos- ha sido una conquista muy reciente para las mujeres, tanto en España como en otros países. Ya resulta curioso que hasta los años noventa del pasado siglo no se consiguiera que en los títulos universitarios españoles se consignase la palabra"licenciada", porque hasta entonces Sofía o Mari Carmen eran "licenciados" en tal o cual carrera.
Que las conquistas sociales no se crían como las aulagas en los montes, que hay que luchar por conseguirlas y cuidarlas con mimo además. Lo digo, por si alguien no lo sabe, porque ayer mismo se aprobó en el Congreso un importante retroceso en materia de derechos sociales y laborales: el retraso de la edad de la jubilación hasta los 67 tacos (y no de jamón, precisamente).

"Los misterios de Laura". TVE 1.

Las olas

21 de julio de 2011


La novela virginiana está en el filo dudoso del agua y el aire entremezclados: en los límites ciertos de la legibilidad. Con "Las olas" Virginia Woolf crea un lenguaje poético muy personal y de gran belleza en muchos aspectos, pero que es, en sí mismo, una callejón sin salida. No hay opción para seguir adelante en esa senda; no es posible ir más allá en la pérdida de referencias comunes con el lector, en la utilización de un lenguaje no convencional (es decir, no sustentado en la tradición, en el uso compartido del lenguaje). La dilución del sentido, la inanidad, la atomización del mundo -su insignificancia dado su carácter tan íntimo que se convierte en intransferible- acechan como un monstruo a cualquier texto que ose dar un paso más en esa dirección.
Seis personajes tejen sus monólogos, partiendo de una infancia en común. Y las olas, marco de referencia visual, abren esos grandes capítulos que agrupan las distintas voces, voces sobre las que vemos pasar el tiempo como el tiempo envuelve el agua y la riza hasta convertirla en un cúmulo de espuma....(el tiempo y la muerte como corolario, el tiempo y la percepción del tiempo).
No es posible comprender este texto sin tener en cuanta las condiciones de su escritura y publicación. A la altura de 1931, Virginia Woolf era una escritora de éxito. No obstante, su libertad para escribir lo que quisiera, para innovar en los aspectos que le diese la gana, se asentaba en el sencillísimo hecho de que la publicación de sus obras estaba asegurada en la empresa editorial que ella y Leonard, su marido, poseían. No quiero ni pensar qué hubiera pasado con esta novela en un mercado editorial como el que hoy padecemos (si Virgina fuese nuestra contemporánea, si no poseyese editorial alguna). Estaría sumergida, a buen seguro, en las profundidades de cualquier archivo informático sin la más mínima posibilidad de salir a la superficie.

Virginia Woolf, "Las olas". Madrid, Cátedra, 2010 (1931).

Aleixandre ilustrado

18 de julio de 2011


Málaga, en el imaginario aleixandrino, es paraíso y es plétora, es belleza solidificada ("Calles apenas, leves, musicales. Jardines/donde flores tropicales elevan sus juveniles palmas gruesas"), aunque también es la ciudad del recuerdo evanescente, el recuerdo en trance de extinguirse ("ciudad de mis días marinos").
Esa ciudad es la que ha ilustrado en esta bella edición, a cargo de Pedro Tabernero, el pintor Roberto Sánchez Terreros. Como señala el poeta y novelista jerezano José Manuel Caballero Bonald, "La tonalidad de este hermoso libro parece haber concentrado todos los ingredientes de la peculiar sensibilidad del autor. Los consabidos atributos de la poesía de Aleixandre adquieren efectivament en este libro una nueva temperatura expresiva".

(En la fotografía, una de las ilustraciones del libro, expuestas en la sede de la Empresa Pública para la Gestión del Turismo y del Deporte, en calle Compañía, 40, poco más allá del Museo Carmen Thyssen).

Vicente Aleixandre, "Sombra del paraíso". Sevilla, Grupo Pandora, 201o. Edición de Pedro Tabernero. Ilustraciones de Roberto Sánchez Terreros. Con textos de Javier Marías y José Manuel Caballero Bonald.

Presentación: Málaga, 18 de julio de 2011, sede de la Empresa Pública para la Gestión del Turismo y del Deporte de Andalucía.

Naturaleza e Ideal

17 de julio de 2011



Quizá resulte sorprendente constatar que, en sus orígenes, el paisaje es un género intelectualizado que poco tiene que ve con lo que entendemos (o se entenderá a partir del XVIII) como Naturaleza con mayúsculas. Pues no se trata de una representación naturalista de la realidad del mundo físico sino una creación artística que soporta los filtros de tradiciones estéticas y literarias hasta cierto punto diversas.
Resulta clarificador, no obstante, observar los esfuerzos ímprobos para deshacerse de la narrativa religiosa o mítica (La huida a Egipto, por ejemplo, como excusa para la representación paisajística), tanto más que ver cómo los afanes de artistas norteños y mediterráneos convergen en un mismo ideal estético y en un escenario común: Roma. Es ahí donde pintores de la escuela boloñesa, españoles (el mismísimo Velázquez y sus impagables paisajes de la Villa Medicis) y flamencos tanteando un escenario inédito construyen, no sólo un género pictórico nuevo, sino una nueva forma de posar la mirada humana en el entorno.


(En la ilustración, La aurora, de Elsheimer, pintado en torno a 1606).

Roma, Naturaleza e Ideal. Paisajes 1600-1650. Madrid, Museo del Prado, 5 de julio-25 de septiembre 2011.

Estése quieto, señor Eco


Ayer leí en la prensa que Umberto Eco reescribirá su novela "El nombre de la rosa" "para hacerla más accesible al nuevo mercado de lectores" (el entrecomillado, tal cual venía para resaltar la frase del propio autor).
Esto me llena de perplejidad. ¿Se tratará de una edición para torpes, para incultos, para perezosos? ¿Son los lectores ahora más imbéciles que hace veinte años años?
Las comparaciones acuden a mi mente: ¿Hubiera aceptado Picasso retocar su Guernica para hacerlo más comprensible (los perfiles más convencionales, el caballo de color caballo, la madre, con pechos de madre)? ¿Debería Thomas Mann haber recortado "La montaña mágica" para hacer edición bolsillo cómoda de llevar? ¿Caballero Bonald deberá retocar sus poemas para utilizar un vocabulario más accesible? ¿Qué quedaría de la literatura, del arte si se apostara siempre por la absoluta simplicidad, por la inteligibilidad total, por la prístina sencillez en toda circunstancia y género?
El que quiera peces que se moje el culo, es decir, que el que quiera literatura, que aprenda a leer literatura y el que quiera arte que aprenda a contemplar el arte. Y lo demas es una vasta operación de marketing, un vasto fraude.
Para novelas de intriga con monjes dentros ya hay bastantes mamotretos en el mercado; El nombre de la rosa es (o era, no sé) otra cosa.
En fin, acaso no le llegue la pensión a fin de mes al pobre Eco.

Fin de curso en La Resi

16 de julio de 2011


La Residencia de Estudiantes -la mítica Resi de Federico, Dalí, Buñuel, Pepín Bello y un largo etcétera- ha celebrado su fin de curso. Un curso muy especial, pues se celebraba el centenario de su nacimiento y por ello hemos podido contemplar una excelente exposición en la que se mostraban los logros de esta institución que supuso un soplo de brisa fresca para la enmohecida cultura de su tiempo y un aliento indiscutible para el talento creador e investigador de la época (como detalle, cabe destacar que cuatro de los siete premios Nobel españoles han pasado por ella: Ramón y Cajal, Severo Ochoa, Juan Ramón Jiménez y Vicente Aleixandre). La muestra incluía una abundante documentación fotográfica, valiosísima, de quienes pasaron por ella (y por la Residencia de Señoritas, pionera en España), ya fuera como estudiante, profesor o ilustres conferenciantes.
Una fiesta muy agradable en la que aparecieron también ministros (en la foto, Ángel Gabilondo y Cristina Garmendia) pero en la que, sobre todo, se charló de literatura de un modo distendido y agradable. De perfecto anfitrión, con su amabilidad natural, ejerció para nosotras -para mi hermana y para mí- Luis Muñoz, poeta granadino.
Entre los asistentes, Laura García Lorca, las poetisas Ana Merino, Julia Barella y Beatriz Blanco; los poetas Luis Antonio de Villena y Jesús Hilario Tundidor; el mecenas Enrique Loewe; el escritor y cineasta Javier Rioyo, el escritor e hispanista Ian Gibson.....


Madrid, Residencia de Estudiantes. Fin de curso, 14 de julio de 2011.

Promesas cumplidas

13 de julio de 2011

Abundan -en estos relatos-los matrimonios felices. Abundan los personajes con nombre de literato: Poe, Gide, Proust, Voltaire, Defoe, Shaw. Pero Proust no es Proust y su magdalena sino un jefe de almacén, y Gide es Oliver Gide, un abogado hasta el gorro de las insidias de su profesión. Abundan los tipos semimelancólicos y las situaciones mediotrágicas: la crisis económica se agazapa, la medianía de la edad también amenaza. Abundan las referencias (abren los relatos) a una publicidad absurda, llena de rasgos cómicos, risible si no tratara -como tantas engañifas de la vida- de embaucara listos y a incautos sin distinción.
Abunda, en este conjunto de relatos, una visión compasiva de la realidad, una mirada agridulce que a veces puede estallar en esplendoroso cuento de hadas (On the air) o en relato acre y desencantado (Gabinete Foreman) o en melancólico discurso de la vida (La señorita Margot).
Abunda la buena literatura en estos relatos, más allá del zumo moral que cada uno pueda extraer de ellos: la pulpa es esa escritura de difícil sencillez, con un vocabulario específico cuando se necesita (cf, "parata", pág. 55) o hermosas metáforas con neologismos de invención busutiliana ("ella se asirena en la piscina y se agatuna en el gimnasio" (pág.18).
Un conjunto de relatos no demasiado abundante (querríamos más) en el que la literatura cumple fielmente sus promesas.
Un libro muy recomendable para este verano. Que lo disfruten.

(En la fotografía, Guillermo Busutil con fondo libresco).

Guillermo Busutil, "Vidas prometidas". Zaragoza, Tropo Editores, 2011.

Nuevo director del 27

12 de julio de 2011


El poeta malagueño José Antonio Mesa Toré ha sido nombrado nuevo director del Centro Cultural Generación del 27, organismo dependiente de la Diputación Provincial, donde hasta el momento desarrollaba las funciones de coordinador de actividades culturales y publicaciones. Mesa Toré (1963) es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Málaga (UMA). Entre sus objetivos al frente de esta institución cultural está atraer a nuevos autores que no han tenido hasta ahora la ocasión de participar en las actividades del Centro. Además, Mesa Toré se propone impulsar la puesta en marcha de exposiciones donde se pongan en valor los legados y donaciones que ha recibido el Centro en los últimos años.
José Antonio Mesa Toré es asesor literario de la revista Litoral desde 1987 y fue el primer becario del Centro Cultural Generación del 27 en la década de los 80. En 1999 se incorporó al Centro al ser nombrado director Lorenzo Saval. Como poeta recibió en el año 1999 el premio Rey Juan Carlos I del Ayuntamiento de Marbella por su obra El amigo imaginario. También ha publicado La alegre militancia, Tierra calma y La primavera nórdica (becado por el Ministerio de Cultura) . Es autor de numerosos artículos y ensayos sobre la relación del la Generación del 27 con Málaga y sobre el grupo malagueño de dicha generación, así como de la citada revista Litoral. Su poesía ha sido recogida en las antologías más destacadas de las últimas décadas y traducida al inglés, francés, portugués, alemán, italiano y sueco.
Desde su creación en 1984, el Centro Cultural Generación del 27 ha tenido como objetivo salvaguardar la memoria y el legado intelectual del amplio conjunto de creadores que conocemos como Generación del 27 mediante la recuperación de sus testimonios documentales. Además de centro de documentación, actúa como centro de investigación, formación y difusión de creación literaria contemporánea.


(En la fotografía, José Antonio Mesa Toré junto con la anterior directora del Centro Cultural Generación del 27 de Málaga, Aurora Luque).

Mamma mía!

11 de julio de 2011




No, no es una actriz del neorrealismo italiamo ¡es mi madre! Se llama Nieves.
Como hoy es su cumpleaños, se me ha ocurrido colgar esta foto suya. Y agradecerle, de paso -entre otras cosas- la molestia que se tomó en traerme a este mundo.

Codex calixtinus


El Codex calixtinus o Liber Sancti Iacobi es un bello manuscrito que pudo ser escrito y miniado en la abadía de Saint-Denis o en la de Cluny (hoy Francia) entre los años 1139 y 1165. Se le denomina "calixtino" porque se le atribuye al papa Calixto II la idea de enviarlo a la catedral de Santiago.
No es un libro unitario. Consta en realidad de cinco libros: el primero, de carácter litúrgico, recoge la transcricpión de un oficio musical, constituyendo por ello un testimonio único de la música de su tiempo; el segundo y el tercero cuentan, respectivamente, los milagros y las traslación del cuerpo de Santiago con el corolario de su festividad; el cuarto, atribuido al obispo Turpin (ver fotografía), relata la expedición de Carlomagno y su derrota en Roncesvalles, así como el sueño en el que el apóstol le señala al empereador el camino de estrellas hasta su tumba; y el quinto, el más pintoresco, es una auténtica guía -hoy diríamos turística- para los peregrinos que se acercaban a ese confín occidental para venerar los restos milagrosos del apóstol Santiago.
La pérdida de este libro supondría una auténtica catástrofe para la cultura universal. La antigüedad, la rareza y el valor en sí mismo de este mansucrito merecen que se pongan en marcha todos los recursos para tratar de localizarlo. Ya que, como es obvio, no se han ppuesto todos los recursos para tratar de salvaguardarlo.

Los años

9 de julio de 2011


Para narrar la época victoriana, la escritora sabe que, forzosamente, ha de volver a una escritura más tradicional. Volver a "los hechos" (una novela de hechos, escribe Virginia Woolf en alguna parte de sus diarios sobre esta novela que iba a titularse "Los Pargiter"). No son, en modo alguno, grandes acontecimientos, sí los que marcan el devenir de una familia. Como esa muerte de la madre que no llega; esa madre moribunda que también ha sido odiada por una de sus hijas...
No obstante, la novela no sólo recrea un período (el último tramo de la era victoriana) sino que va avanzando en años que funcionan como títulos de los capítulos. Así, 1880, 1907, 1908, 1910....
Londres vuelve a tener un protagonismo fundamental en el discurso narrativo; un Londres febricitante, hasta voluptuoso, siempre amado.

Virginia Woolf, "Los años". Barcelona, Debolsillo, 2011.

Virginia Dalloway

2 de julio de 2011

De Virginia Woolf sólo había leído "Orlando", "Flush", "La señora Dalloway recibe" (relatos), y "Una habitación propia" y "Las mujeres y la literatura" (ensayos). De "Las olas" tengo un recuerdo tan vago que no sé si la leí entera o sólo algún fragmento. Eso sin contar el "Diario de una escritora", que publicó Fuentetaja.
Hoy me he comprado "La señora Dalloway": en una entrevista a la sobrina-nieta de la escritora dice ésta que a Vrginia la llamaban en familia la señora Dalloway....
He encargado, además, "Las olas" y "Los años", en Agapea, para variar.
Me está gustando esta señora Dalloway. Temía, no sé por qué, que fuera cursi, algo demodé, como las lilas. Pero, al igual que en éstas, la vitalidad, la potencia de su colorido, su alta calidad estética, se sobreponen a la estrechez de una época o a sus modas. Qué más da que la señora Dalloway lleve un sombrero ridículo: es la pluma de Virginia la que forja la prosa y bruñe el metal de las palabras que, hasta traducidas, relucen con todo su esplendor y toda su complejidad.

Virginia Woolf, "La señora Dalloway". Madrid, Alianza, 2010.

Deseos de libertad

1 de julio de 2011


Isabel Oyarzábal Smith (Málaga, 1878-Ciudad de México, 1974) fue una mujer singular. El subtítulo del libro nos ayuda a desbrozar su polifacética personalidad: Memorias de una embajadora republicana. Fue, en efecto, embajadora de la II República en plena guerra civil española pero, además, fue actriz, política, conferenciante y escritora. Su extraordinaria longevidad, empero, no ha sido suficiente para preservar la memoria de la gran mujer que fue, y sus obras y el recuerdo de su persona han permanecido desconocidos para el público español. Debido, en parte, al ostracismo físico y moral al que la condena el triunfante régimen de Franco; debido también a que sus obras más importantes, como la que nos ocupa, fueron escritas en inglés y no habían sido traducidas.
Como escribe Aurora Luque en el prólogo, "dos son las ideas motoras de su vida y del relato de su vida" (pág.13): la denuncia de la insolidaridad internacional con la frágil república española y esa peculiar idea de hambre; hambre que ella identifica con un impulso vital, un deseo de libertad y de inconformismo, resortes que la movieron en toda su peripecia vital, desde la Málaga que la viera nacer hasta su etapa madrileña (en la que sus aspiraciones se plasman en su acercamiento al sufragismo y la política activa) y su posterior exilio mejicano.
Leer estas páginas supone recorrer en primera persona los deseos de modernización y de cambio de una sociedad tan atrasada como la española del primer tercio del siglo XX
y el alto precio que hubo de pagarse por ello. Aunque el libro se cierra con las palabras de gratitud de la autora hacia México, no cabe duda alguna de la dureza de este epílogo que, si nos atenemos a sus datos biográficos, no lo es en realidad, pues ocuparía treinta y cinco años de la vida de Isabel Oyarzábal y su familia.

Isabel Oyarzábal Smith, "Hambre de libertad. Memorias de una embajadora republicana". Traducción de Andrés Arenas y Enrique Girón; prólogo de Aurora Luque. Granada, Almed, 2011. Con la colaboración del Centro Cultural Generación del 27 de Málaga.